Las conductas de riesgo son aquellos comportamientosque pueden conllevar peligro para la persona o su entorno y que a su vez generan sensaciones placenteras inmediatas. Entre estas se encuentran:
— Ingerir alcohol
— Fumar 
— Vapear 
— Ingerir o consumir drogas
— Manejar a altas velocidades
— Tener sexo sin protección 

Alix nos comenta que de manera preventiva se debe de tener un estilo de apego en el que exista:
1. Apoyo parental: comunicación, cercanía, comprensión, empatía
2. Control conductual: límites, horarios, consecuencias. 

Ambos factores deben estar balanceados, ya que si uno se encuentra en algún extremo va a generar que las y los adolescentes no logren interiorizar ni manejar estas conductas. Esto va a llevar a que tus hijos e hijas tengan la confianza para poder comunicar estas conductas y tener mayor responsabilidad sobre sus acciones. 

En caso ya se estén dando estas conductas de manera desbordada, se debe buscar ayuda terapéutica para encontrar información y una guía especializada de cómo manejarlo. 

Se pueden dar consecuencias que estén vinculadas a las conductas de riesgo y al no cumplimiento de acuerdos que se tienen con los hijos e hijas.  

No, prohibir no significa que no van a encontrar la manera de hacer estas conductas y además lleva a malestar en las y los adolescentes y posiblemente a tener conductas basándose en la cólera o la ira.

Sí, los cambios en el cerebro genera que las y los adolescentes sean más vulnerables a las conductas de riesgo, dado que buscan placer de manera constante. Debemos ser conscientes de que es algo muy probable que suceda para poder actuar y guiarlos sobre ello.

Se involucran en conductas de riesgos dado que dan gratificación y satisfacción inmediata y esto también lleva a que se quieran repetir estas conductas. Además, todavía no hay desarrollado la inhibición de impulsos, por ello es más probable que se involucren en dichas conductas de riesgo.