La autoestima es la percepción que tiene una persona de sí misma. Se forma a lo largo de la vida a través de las evaluaciones que hacemos de nuestras acciones, pensamientos y sentimientos. Es como una película en la que nosotros somos los protagonistas y críticos al mismo tiempo, y la forma en que interpretamos y valoramos nuestras actuaciones en esa película influye en la imagen que tenemos de nosotros mismos. 

Como mamás, papás o cuidadores, tenemos una gran influencia en el desarrollo de la autoestima de nuestras hijas e hijos. Por lo cual debemos de ser conscientes de cómo estamos contribuyendo o, por el contrario, afectando de forma negativa su autoestima. 

Para fortalecer la autoestima de nuestros hijos debemos de crear un espacio seguro en los hogares para que tengan la confianza de ser ellos mismos, y donde se sientan valiosos y escuchados.  

Como padres podemos observar comportamientos en diferentes esferas, para comprender su nivel de autoestima. Por ejemplo:

1. En las interacciones sociales con familia o compañeros:
   Los niños/as con buena autoestima, suelen mostrar una actitud abierta y positiva hacia los demás, y son capaces de formar y mantener relaciones. Asimismo, se sienten seguros a expresarse. 
    
2. En sus logros y metas:
   Los niños/as con buena autoestima, reconocen y se sienten orgullosos de sus logros. Asimismo, sienten que son capaces de hacer cosas por sí mismos y enfrentar retos. Por otro lado, cuando tienen baja autoestima, se suelen sentir dudosos de hacer cosas por sí mismos, o de su capacidad de poder hacer las cosas de forma correcta. Esto los puede llevar a preferir que su mamá/papá haga las cosas por ellos, por más que sean tareas que han hecho antes o que no sean de mucha complejidad. 
    
3. Pensamientos y autorreflexión:
   Los niños/as con buena autoestima suelen sentirse valorados y tener pensamientos optimistas sobre sus habilidades. Esto los lleva a creer en su capacidad de resolver problemas y superar dificultades. De lo contrario, al no tener una buena autoestima, se muestran más críticos de ellos mismos y lo que hacen. Esto lleva a que sus pensamientos se concentren en las veces que fallaron y muy poco en las cosas que les salieron bien. 
    
4. Dependencia de los adultos:
   Los niños con una autoestima saludable, a medida que crecen, tienden a volverse más independientes y a asumir responsabilidades por sí mismos. 
    
5. Comportamiento con amigos:
   Las personas con baja autoestima a menudo son más propensas a dejarse influenciar por los demás, cediendo a las opiniones y deseos de sus amigos en lugar de mantener sus propias opiniones y valores. Esto puede manifestarse en la falta de firmeza en decisiones personales o la dificultad para establecer límites saludables en las relaciones sociales.  

Es fundamental recordar que tener una autoestima saludable no significa sentirse bien todo el tiempo. Es completamente normal experimentar algunos de los comportamientos asociados con una baja autoestima de vez en cuando. Lo que debemos estar atentos es si estos pensamientos negativos se vuelven una constante en nuestra vida

Estas son algunas de las características, si quieres saber cómo fomentar la autoestima en tus hijas e hijos, continúa leyendo aquí o viendo los videos de nuestros especialistas.